jueves, 12 de noviembre de 2009

una persona, un voto

Sin que tenga mucho que ver, a raiz de los escándalos de corrupción en Catalunya, se va a empezar a discutir la Ley Electoral catalana.
Entre otras cosas se va a promover que haya un diputado del Parlament adscrito a una zona concreta del territorio, es decir, que todos sabremos quién es el diputado en concreto que hemos elegido. Sin listas abiertas, esta medida no tiene mucha utilidad, pero al menos sabremos a quién dirigirnos para las quejas.
La parte que se va a quedar sin resolver es la distribución de los escaños entre la población. He encontrado este estudio donde se dice que el reparto de los 135 escaños dle Parlament se hace por provincias, tal que:
  • Barcelona recibe un escaño por cada 50.000 habitantes, con un máximo de 85
  • Girona, Lleida y Tarragona reciben un mínimo de seis escaños y después uno por cada 40.000 habitantes.
Si seguimos el censo del 2003, en las elecciones del mismo año se necesitaban 46.000 barceloneses para conseguir un escaño, mientras que sólo se necesitaban 21.000 "lleidatans". Es decir, que el voto de una persona de Lleida vale el doble que el de una persona de Barcelona.
Y esto no cambiará porque ni CIU ni ERC están interesadas en perder los escaños que ganan fuera del ámbito metropolitano de Barcelona (sobretodo CIU).
De hecho, algunas simulaciones que realiza dicho estudio muestran que, en las elecciones del 2003 (donde CIU ganó por 4 escaños), se hubiera producido un empate a 43 escaños si se hubiera seguido el sistema de circunscripción única.

La democracia ha de preservar el derecho de las minorías pero no se ha de convertir en esclava de las mismas. Mi voto ha de valer lo mismo que el de una persona de Girona o Lleida, y eso no está ocurriendo...
Y lo mismo debería ocurrir en toda España: 1 persona 1 voto.

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