Domingo, 11 de la mañana, el día parece soleado e invita a salir a la calle y hacer algo. Sin embargo, después del desayuno entra la pereza que conduce inevitablemente al sofá, donde espera silencioso el mando de la TV y del disco duro multimedia....
así transcurre el día, entre capítulos de Roma y Benjamin Button, entre medio siestas y blogs, periódicos y facebooks, email y algo de curro, twitters y Eli Stone... luego al final, un aire de orgullo interior me arrastra a la calle, a realizar una suave sesión de footing de 45 minutos (que no da ni para quemar un bollycao de los que a veces me como para merendar :-), antes de volver al sofá para regocijarme en mi vagancia antes de escribir estas líneas.
Para qué sirve un fin de semana? hemos de salir a no-parar-de-hacer-cosas?
es malo quedarse en casa en un domingo pijamero?
Si uno vive solo: es signo de falta de amigos o de vida social?
si uno vive en pareja: es signo de aburrimiento y monotonía?
Es curioso cómo es la mente humana: a primera hora de la mañana me pedía quedarme en casa y no hacer nada... a última hora del día se pregunta porqué ha desperdiciado un precioso día soleado y no ha salido a pasear a la playa... que en días primaverales como hoy es cuando mejor se está...
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Hace 8 meses
1 comentario:
Me he vuelto fanática de Eli Stone. Creo que es una de las series más originales que hay ahora mismo. Me encantó el punto de conexión con su padre chalado, y cuando tiró las cenizas en la india.... jajaja.
buena semana,
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